lunes, 22 de marzo de 2010

La dependencia telefónica



¿POR QUÉ QUIEN DIJO “TE LLAMO” , Y NO LLAMA?:


Cuando alguien no nos invita a salir por segunda vez , significa que simplemente no nos encontró compatible con él . Eso no significa que no esté interesado en acostarse con uno, como para aprovechar algo de la salida . Habersde negado al sexo no es la causa de que no vuelva a llamar . Y , del mismo modo , el hecho de que tengamos sexo con alguien no garantiza que la otra persona se vea obligada a llamar. Si uno piensa un poco en quellos que no volvierona llamar , se dará cuneta de que , sinceramente, tamopoc uno ten;ía ganas de volver a encontrarse con ellos. Salir con otras personas es un proceso exploratorio para decubrir compatibilidades e incompatibilidades. Se conoce uno a medida que conoce a otra gente. “A través de las salidas , podemos llegar a saber quiénes somos”, dice el Dr. Stephen Josephson, psicólogo clínico , “ Podemos practicar distintas habilidades sociales y tener “feedback” de una variedad de personas distintas.”La mitad de las personas no nos van a gustar La otra mitad puede interesarnos.
Muchas personas no quieren volver a vernos cuando sienten que somos demasiado para ellos, que les “quedamos grandes” a lo que tienen para ofrecer . Para evitar ser abandonados , abandonan ellos primero .
Muchas mujeres son concientes de que tal vez se hayan acostado con un hombre que jamás podría ser su esposo. No obstante , seguirían saliendo con él para charlar , cenar o ir al cine.Los hombres suponen que nosotras somos mucho más serias de lo que realmente somos , y no aceptan tomarnos como simples “amigas”. Pasan entonces ellos a ser los más formales , quedándose solamente con una mujer que pueda “ser su novia”.Y si no, se quedan solos .


LA DEPENDENCIA TELEFÓNICA:

La dependencia telefónica es algo que todos sufrimos y que casi nunca confesamos , por pura vergüenza . Como dice Barthes, “ esperar un llamado telefónico es una dependencia demasiado burda. Es necesaria hacerla menos obvia , entonces nos iremos de compras para no esperar que suene “, ya que como alguien bien dijo : “Un teléfono mirado nunca suena”. Pero terminaremos odiando al empleado que fue a otro negocio a buscar el vuelto y nos impacientaremos ante la vecina que se para a saludarnos y retarda nuestro regreso al aparato que nos esclaviza. “Como ese llamado telefónico , que no quiero perder , me aportará alguna nueva ocasión para someterme , actúo preservando mi dependencia : estoy enloquecido de dependencia pero además humillado por ese enloquecimiento .” - dice Barthes- “Esperando un llamado telefónico , me angustio . Intento hacer algo y no lo logro .Todos los objetos - cuya familiaridad habitualmente me reconforta - me parecen inertes , aislados, como una Naturaleza que el hombre jamás hubiera habitado.” Roland Barthes sugiere que la persona enamorada siente al mundo como “desreal”: “El mundo esta lleno sin mí . Yo estoy de sobra pero- doble duelo - aquello de lo que soy excluido no me inspira deseos”.
Estamos sumidos en la duda , la incertidumbre y la depresión : no nos sentimos integrados al mundo , pero tampoco nos dan ganas de pertenecer a él . No podemos hacer nada , porque no sabemos qué hacer .
“Si el otro me ha dado un número de teléfono , eso ¿qué signo representa? ¿Era una invitación a usarlo de inmediato , por placer , o solamente llegado el caso, por necesidad? “ Y si uno está extrañando ya al otro ¿ no es este un caso de necesidad , de urgencia? ¿No deberíamos llamar de inmediato a quien necesitamos? “Mi respuesta será ella misma un signo , que el otro interpretará fatalmente , desencadenando así , entre él y yo , un cruzamiento tumultuoso de imágenes . Todo significa , y mediante este cálculo, me impido gozar . Tengo miedo de las consecuencias .”
El que espera siempre está en inferioridad de condiciones con respecto al que no espera . Hacer esperar es la manera más antigua de detentar el poder . Los jefes siempre hacen esperar a los subordinados. Los médicos hacen esperar a sus clientes , que por eso mismo se llaman “pacientes “. El que ama más - o el que se siente más en falta -,es el que llega puntualmente .En las recepciones importantes llegan primero los embajadores y por último los presidentes . Los empleados siempre están esperando una respuesta del jefe : un pago, un ascenso , una confirmación en el puesto . La persona que espera un llamado junto al teléfono se sabe “dominada”por el otro .
Tal vez este sea el motivo por el que muchos hombres que dicen “te llamo”no nos llamen : saben que al prometer y no dar , nos tienen en un puño. En el tiempo de espera agrandamos al otro mentalmente hasta límites absurdos Creemos reconocerlo en cada persona que toca el timbre o que entra al bar donde esperamos . Nos parece que es él cada vez que suena el teléfono .”La identidad fatal del enamorado no es más que esta : yo soy el que espera.” El hombre que nos hace esperar .... ¿ No disfrutará con la idea de que está “creando una enamorada”, ya que dejó a alguien esperando su llamado?
¿Vale la pena esperar a quien lo único que quiere de uno es que lo esperemos?
¿Vale la pena someterse a alguien que nos quiere sólo para demostrar su poder?
¿Vale la pena esperar a alguien que no siente compasión al saber que nos está haciendo esperar?
Sin compasión no hay amor.



LAS ETAPAS DE LA ESPERA :


A Freud- según Barthes - no le gustaba el teléfono . Lo consideraba una falsa comunicación .El psicólogo inglés Winnicott lo consideraba un aparato que pretende negar la distancia con un cable que justamente , marca la distancia: ”Te voy a dejar , dice a cada segundo la voz del teléfono”,.
Analizando “Realidad y juego”, de Winnicott , Barthes despliega las tres etapas de la espera ante el teléfono :
La primera es de confusión -“¿Habrá entendido que yo estaría en casa ? “, “¿ Habrá anotado bien mi número de teléfono ? “, etc . Si el amado llama en esta etapa , recibirá un saludo apacible, aliviado y alegre.
La segunda es de cólera , dirigiendo reproches al ausente : “ Si no me llamó hasta ahora es por que no le importo nada”, “Seguro que está con otra”, etc. . Si el otro llama en este momento, recibirá reproches furiosos.Es el momento en que se nos ocurre la absurda idea de llamarlo para mandarlo al diablo : “ Te llamo para avisarte que más vale que no se te ocurra llamarme jamás ”.
La tercera etapa es de angustia absoluta debida a la sensación de abandono . Ya “perdimos toda esperanza “- como dijo Dante Alighieri - , consideramos que nos olvidó o que tuvo alguna desgracia que le impidió llamar .Después de cansarnos de preocuparnos por nosotros , nos preocupamos por el otro. Si el otro llama en este momento , recibirá reconocimiento, palabras aliviadas y agradecimientos.
En conclusión , una persona que quiera hacer las cosas bien tendría que llamar casi enseguida , o bien tarde .Una llamada “a mitad de tiempo” puede ser fatal .
Conocí un hombre angustiado porque no tenía teléfono . “Nunca sé si una mujer quiere realmente verme o no , porque no tiene adónde llamarme . termino llamando siempre yo , y tengo miedo de convertirme en un pesado, en un plomazo”, me decía.
El no sabía que la parte peor le toca siempre al que espera el llamdo . La mayoría de los que no tienen teléfono se salvan de pasar por toda la angustia, y llaman libremente a quien quieren y cuando quieren, espontáneamente .La novia de un viajante de negocios me dijo : “La paso mejor cuando él está de viaje que cuando regresa. Cuando está , como no sé dónde está , no tengo adónde llamarlo. Como le resulta difícil conseguir un teléfono en la ruta , no me extraña que no llame , no vivo esperando sus llamados y me desentiendo del asunto. Pero los días que está de vuelta , basta que tarde cinco minutos en llamarme para que me vuelva loca de angustia .”
Si finalmente , él llama , se inicia otro dilema para quien esperaba el llamado : “¿Qué le diré? ¿ Deberé ocultarle mi perturbación , ya ahora pasada? “, pregunta Barthes, “ ¿O bien hacérsela conocer ligeramente para no abrumar al otro (“Estaba un poco intranquilo”)? Una angustia de segundo grado se apodera de mí , y es la de tener que decidir el grado de publicidad que daré a mi primera angustia”.
Enfurecernos con el otro es también una trampa : al perder los estribos le estamos demostrando al otro el poder que tiene sobre nosotros . Hay personas que disfrutan irritando al otro , para verificar que controlan la capacidad de mantener la paz ajena , la calma en el ánimo del otro .
Generalmente , optamos por ocultar nuestra angustia , mostrando “un poco de mi pasión “.Como eso también es un absurdo, nos las tenemos que ingeniar para que el otro sepa que le estoy ocultando mi preocupación , que sepa que no se la quiero mostrar .
Los contestadores telefónicos y los teléfonos celulares no mejoraron en absoluto la situación . Los que dejan mensajes grabados son siempre los que están “entregados”..Alguien que quiere dominarnos - hacernos esperar - jamás nos llamará a un teléfono celular .
Estar enamorado es como estar herido . Rusbrock - citado por Barthes - dice que “Amar produce una herida en las raíces del ser que no llega a cerrarse , y por la que el sujeto fluye , convirtiéndose en el fluir mismo “.
Estar enamorado es , entonces , ser una herida.

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